Si alguna vez te has cuestionado si lo establecido como realidad era tal, me entenderás. Tendemos a situarnos en nuestras rutinas confortables, donde nada parece cambiar a lo largo del tiempo. ¡Nunca hay que pensar que todo es tan simple y lineal! Antes no sabía la diferencia entre el orden y el caos, y pensaba que lo segundo no tenía cabida en mi vida.
Ahora sé que me equivoqué al hacer las preguntas.
Si hubiese que establecer un suceso en el tiempo que diese comienzo al Gran Momento sería una noche que aparentaba ser otra cualquiera, en la que fuí al Café de Juliette. Nada me hizo anticipar qué sucedería.
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