Al fin consigo restablecer la comunicación. Tengo muchas cosas que contarte y poca paciencia para organizarlas y hacerlo con sapiencia. No sé cuánto tiempo durará este viaje, pero mientras dure intentaré contarte las cosas que descubro y las neurosis por las que cabalgo mientras lo hago. No dejes que mis caídas a caballo te perjudiquen, y no hagas caso siempre que te diga que caigo. No te fíes de las apariencias. No te fíes de mí.
Atentamente, tu amiga.
lunes, 15 de marzo de 2010
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